Una alternativa inválida (la de Manuel Caballero en Albacete)

El novillero Manuel Caballero (Albacete, 23 años) accedió el pasado día 13 al escalafón de matadores en la feria de Albacete en una ceremonia que transgrede el artículo 4 del vigente Reglamento Taurino Nacional, de aplicación en la Comunidad de Castilla La Mancha.

Cuando los tres integrantes del cartel estaban ya reunidos en el tercio para el intercambio de trastos, el padrino, Paco Ureña, en presencia del testigo, Roca Rey, invita a salir al ruedo al padre del torero, el matador de toros retirado Manuel Caballero, que aparece en escena vestido de calle. Ureña le entrega la montera, la muleta y el estoque y le señala que sea él el que se los entregue a su hijo y presida el acto solemne del acceso del novillero al escalafón superior. Y así sucedió. Seguidamente, padre e hijo se fundieron en un abrazo en presencia de Ureña y Roca, mientras los tendidos aplaudían y el palco presidencial se quedaba con dos palmos de narices ante tan inesperado (se supone) y sorprendente acontecimiento.

El presidente sabría que lo que estaba sucediendo en el ruedo era ilegal y, por tanto, la ceremonia de alternativa no pasaba de ser una pantomima inválida, y así debió reflejarse en el acto del festejo.

El Reglamento Taurino Nacional es muy claro al respecto. El apartado 2 de su artículo 4 dice textualmente lo siguiente: “La adquisición de la categoría (de matador) se efectuará en una corrida de toros. El matador más antiguo que alterne en la corrida cederá el turno de su primer toro al aspirante, entregándole la muleta y el estoque en señal de reconocimiento de la nueva categoría, pasando a ocupar el espada más antiguo el segundo lugar. El siguiente matador en antigüedad, si lo hubiera, ejercerá de testigo en la ceremonia de la alternativa y ocupará el tercer lugar. En los toros restantes se recuperará el turno normal de lidia”.

En ningún otro artículo se hace referencia a que un espectador pueda acceder al ruedo y asumir funciones que le corresponden, como este es el caso, al director de lidia.

En consecuencia, la alternativa del novillero Manuel Caballero es inválida, y el joven debería permanecer en el escalafón inferior hasta que no se celebre una ceremonia de acuerdo con la normativa vigente.

¿Es importante o no este asunto?

Importante, sin duda, por varios motivos.

El primero, porque se incumple de forma flagrante la norma reglamentaria que establece la fórmula para el acceso al escalafón de matadores.

Es importante porque se rompe un rito, una liturgia, fundamental para el desarrollo de la tauromaquia. El ruedo es terreno exclusivo de los toreros de oro y plata y de quienes actúan en el festejo; es una parcela vedada a los espectadores, y ninguno de estos está autorizado a participar o asumir una responsabilidad que es competencia de aquellos.

Otro motivo: se crea un precedente peligroso. Si se acepta como válida la alternativa de Caballero, mañana puede bajar al ruedo un amigo, un cuñado, la familia al completo o la peña del pueblo para alternativar a otro chaval.

La presidencia de la plaza de Albacete no debió permitir tal desafuero. Para ello están en el callejón el delegado gubernativo y los dos alguacilillos a su su cargo, para preservar el cumplimento de las normas que velan por el buen funcionamiento del espectáculo.

Cuando el 23 de junio de 2003 tomó la alternativa José María Manzanares en Alicante, su padre fue invitado a asistir como testigo a la ceremonia, pero fue Enrique Ponce, como padrino, el que le entregó los trastos al toricantano. Así debió suceder este sábado en Albacete.

Por cierto, la alternativa del joven Caballero estaba prevista para el 5 de octubre en Hellín en la que reaparecería Pepín Liria para actuar como padrino, en presencia, precisamente, de Manzanares.

La ausencia de Morante por lesión cambió el curso de los acontecimientos. La empresa Casas-Amador decidió sustituir al diestro sevillano por la alternativa del joven albaceteño. Lo que nadie esperaba es que el padrino fuera un señor vestido de calle en lugar de un torero. Y que la autoridad lo permitiera, que es lo más grave.

Ahora, quien se ha quedado compuesto y sin toricantano es Pepín Liria; y la fiesta de los toros, ridiculizada. No hay derecho.

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 El padre del torero, vestido de calle, bajó al ruedo y presidió el intercambio de trastos en sustitución de Paco Ureña, padrino de la ceremonia  

El novillero Manuel Caballero (Albacete, 23 años) accedió el pasado día 13 al escalafón de matadores en la feria de Albacete en una ceremonia que transgrede el artículo 4 del vigente Reglamento Taurino Nacional, de aplicación en la Comunidad de Castilla La Mancha.

Cuando los tres integrantes del cartel estaban ya reunidos en el tercio para el intercambio de trastos, el padrino, Paco Ureña, en presencia del testigo, Roca Rey, invita a salir al ruedo al padre del torero, el matador de toros retirado Manuel Caballero, que aparece en escena vestido de calle. Ureña le entrega la montera, la muleta y el estoque y le señala que sea él el que se los entregue a su hijo y presida el acto solemne del acceso del novillero al escalafón superior. Y así sucedió. Seguidamente, padre e hijo se fundieron en un abrazo en presencia de Ureña y Roca, mientras los tendidos aplaudían y el palco presidencial se quedaba con dos palmos de narices ante tan inesperado (se supone) y sorprendente acontecimiento.

El presidente sabría que lo que estaba sucediendo en el ruedo era ilegal y, por tanto, la ceremonia de alternativa no pasaba de ser una pantomima inválida, y así debió reflejarse en el acto del festejo.

El Reglamento Taurino Nacional es muy claro al respecto. El apartado 2 de su artículo 4 dice textualmente lo siguiente: “La adquisición de la categoría (de matador) se efectuará en una corrida de toros. El matador más antiguo que alterne en la corrida cederá el turno de su primer toro al aspirante, entregándole la muleta y el estoque en señal de reconocimiento de la nueva categoría, pasando a ocupar el espada más antiguo el segundo lugar. El siguiente matador en antigüedad, si lo hubiera, ejercerá de testigo en la ceremonia de la alternativa y ocupará el tercer lugar. En los toros restantes se recuperará el turno normal de lidia”.

En ningún otro artículo se hace referencia a que un espectador pueda acceder al ruedo y asumir funciones que le corresponden, como este es el caso, al director de lidia.

En consecuencia, la alternativa del novillero Manuel Caballero es inválida, y el joven debería permanecer en el escalafón inferior hasta que no se celebre una ceremonia de acuerdo con la normativa vigente.

¿Es importante o no este asunto?

Importante, sin duda, por varios motivos.

El primero, porque se incumple de forma flagrante la norma reglamentaria que establece la fórmula para el acceso al escalafón de matadores.

Es importante porque se rompe un rito, una liturgia, fundamental para el desarrollo de la tauromaquia. El ruedo es terreno exclusivo de los toreros de oro y plata y de quienes actúan en el festejo; es una parcela vedada a los espectadores, y ninguno de estos está autorizado a participar o asumir una responsabilidad que es competencia de aquellos.

Otro motivo: se crea un precedente peligroso. Si se acepta como válida la alternativa de Caballero, mañana puede bajar al ruedo un amigo, un cuñado, la familia al completo o la peña del pueblo para alternativar a otro chaval.

La presidencia de la plaza de Albacete no debió permitir tal desafuero. Para ello están en el callejón el delegado gubernativo y los dos alguacilillos a su su cargo, para preservar el cumplimento de las normas que velan por el buen funcionamiento del espectáculo.

Cuando el 23 de junio de 2003 tomó la alternativa José María Manzanares en Alicante, su padre fue invitado a asistir como testigo a la ceremonia, pero fue Enrique Ponce, como padrino, el que le entregó los trastos al toricantano. Así debió suceder este sábado en Albacete.

Por cierto, la alternativa del joven Caballero estaba prevista para el 5 de octubre en Hellín en la que reaparecería Pepín Liria para actuar como padrino, en presencia, precisamente, de Manzanares.

La ausencia de Morante por lesión cambió el curso de los acontecimientos. La empresa Casas-Amador decidió sustituir al diestro sevillano por la alternativa del joven albaceteño. Lo que nadie esperaba es que el padrino fuera un señor vestido de calle en lugar de un torero. Y que la autoridad lo permitiera, que es lo más grave.

Ahora, quien se ha quedado compuesto y sin toricantano es Pepín Liria; y la fiesta de los toros, ridiculizada. No hay derecho.

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