Macarena García (Madrid, 37 años) responde a S Moda desde el campo, donde ha encontrado un anhelado respiro entre jornadas de ensayo y promoción. “Tengo que hacerlo más a menudo porque me hace mucho bien, me lo propongo siempre”, añade, consciente de que el ritmo de su día a día le dejará poco espacio para cumplir con el propósito. Lo último en su prolífica agenda es Una noche en Zoópolis (25 de abril en cines), película de animación en la que la ganadora del Goya vuelve a disfrutar de su amor por el doblaje dando voz a una intrépida loba. Con ella comparte el carácter “pizpireto” y una fe inquebrantable en el poder del colectivo: “Lo importante para conseguir cambios es estar unidos”.
Una noche en Zoópolis defiende un mensaje de colectividad, de la unión hace la fuerza, en un momento donde el individualismo parece en auge.
Siento que hay dos fuerzas. Por un lado, es evidente que hay más individualismo por la aparición de las redes sociales, tanta información, que todo vaya tan rápido… Pero también veo lo contrario: la necesidad de juntarnos, de tocarnos, de querer el bien para el otro. La fuerza de la empatía y de no mirar solo por uno. Diría que existen dos tendencias, pero es verdad que estamos en un momento que parece peligroso.
Es una de las actrices de su generación que más y mejor aborda su faceta de dobladora. Supongo que no hay un gran motivo económico detrás, así que, ¿cuál es la vocación?
Para mí es un disfrute, me lo paso como una niña. Cuentas con una libertad y una ligereza que no es fácil tener en un set, donde hay un montón de presiones y eres una pieza más del puzle. Aquí no existen cámaras, ni cuerpos, ni maquillajes, solo tu voz y tu esfuerzo para intentar dar expresividad a un personaje y transmitir. Además, siempre he tenido personajes femeninos muy bonitos y, en este caso, Gracie es una loba con una personalidad muy potente que coge las riendas del grupo. Estas películas marcan infancias y disfruto contando estas historias.
Sabiendo de su afición por trabajar con la voz y tras haber hecho musicales tanto en el teatro como en cine, ¿alguna vez ha estado cerca de intentarlo como cantante?
No es una pregunta loca. Nunca he querido tener una carrera como cantante, pero es verdad que desde pequeña me ha gustado cantar y sí que me he imaginado en algún momento componiendo y sacando alguna canción. Esa parte artística me gusta, pero creo que no tengo el talento y es algo que se ha diluido bastante en mi interior.
¿Cómo afirma con esa seguridad que no tiene talento para ello?
Sobre todo, como compositora. Si me lanzara a cantar una canción querría que fuera algo que yo quiero contar, si lo hiciera sería desde ese lugar. Hay que tener algo para poder hacer eso y yo no sé si lo tengo… Pero no es algo que ahora esté entre mis deseos. Estoy realmente conectada con mi actriz. Siento mucho amor por lo que hago y por lo que sé hacer, que no sé si es mucho más.
Tuvieron mucho eco las palabras que le dedicó en este periódico su ex, Leiva, diciendo que había sido “su ángel de la guardia, que le había salvado”. Sé que es muy reservada pero, ¿qué sintió al leerlas?
Como bien dices soy muy pudorosa y ahora me pillas un poco… [Medita unos segundos] Siempre es bonito que la gente que quieres hable de ti con cariño. Yo le quiero muchísimo. Como él dice, es una relación de casa y de mucho amor.
Tras el éxito de crítica y público que supuso su última película, Casa en flames, ¿cómo es la resaca tras tantos meses de eventos, premios y promoción?
Es como tratar de volver a tu centro. Todos los eventos y promociones requieren de mucha energía para afuera y, cuando terminas, buscas recogerte, volver a tu ser y a tu vida normal: la rutina, las cosas que te hacen sentir en paz. Si la gente lo viera… Mi vida no puede ser más corriente. Lo otro también es increíble. Llevo muchos años en la profesión y me encanta encontrarme con compañeros, es una alegría que reconozcan el trabajo de uno. Es una resaca buena.
Hace cine, series, teatro, doblaje…. ¿No le gusta la zona de confort?
No creo que haya un actor al que le preguntes que no quiera retos nuevos. Aunque da mucho miedo, en esta profesión se pierde la ilusión si siempre haces lo mismo. Y al espectador tampoco le interesa. Quiero seguir retándome, descubriéndome a mí misma e imaginándome en papeles diferentes. Meterte en otras cabezas, otros ojos y otras formas de estar en el mundo siempre acaba enriqueciéndote.
¿Se siente más libre en esta etapa profesional? ¿Puede permitirse hacer lo que quiera porque ya no tiene nada que demostrar o un camino que seguir?
Nunca he tenido muy claro qué quería hacer, supongo que varía en función de cada momento vital. Tengo claro el cine que me gusta y las películas que me dan placer como espectadora, así que sé el tipo de proyecto en el que me gustaría estar, pero en España es imposible diseñar la carrera de actriz como una querría. Te van llegando oportunidades y vas haciendo lo que puedes con lo que te ofrecen y, ya solo tener la opción de elegir y rechazar algo, es un privilegio que valoro muchísimo.
Ahora que hablamos sobre voces, ¿cuál es la voz que siempre le gusta escuchar, que le reconforta?
Te diría que la de mi madre. La voz de una madre no es siempre la que más reconforta… (ríe) pero a mí es la que más me calma. Es muy bonita. También te diría que las voces de las presentadoras de Punzadas Sonoras. Es un podcast que me encanta, son listísimas y cuentan cosas muy interesantes con una paz… Da gusto escucharlas, no solo lo que cuentan sino cómo lo cuentan.
¿Es muy diferente lo que siente cuando se escucha en pantalla a sus sensaciones cuando se ve actuando en una de sus películas como actriz?
Soy más benévola, creo. Es más sencillo poder centrarte solo en tu voz, que analizar tu voz, tu cara, tu expresión, tu sentido de la verdad… Es una parcela en la que me han dado la oportunidad de meter el pie, y sé que significa mucho e intento hacerlo con todo mi cariño, pero no es exactamente a lo que me dedico, lo que he estudiado y en lo que invierto la mayor parte de mi tiempo.
Tiene pendiente de estreno Un hijo, de Nacho La Casa, junto a Hugo Silva. ¿Qué puede contarnos sobre ella?
Me resultó una película muy bonita de hacer. Trata sobre un niño y una psicóloga del colegio que empieza a trabajar con él y tirar del hilo para entender por qué hay algo que no va bien. Ha sido un rodaje precioso porque es la profesión que habría ejercido si no hubiera sido actriz, psicóloga infantil, es lo que me hubiera gustado ser. Fue una gran oportunidad poder hacerlo unos días en la ficción.
Con motivo del estreno de ‘Una noche en Zoópolis’, Macarena García reflexiona sobre su amor por el doblaje, cómo se gestiona la resaca después de un gran éxito y los halagos que le dedicó su ex, Leiva, mientras comparte su deseo de seguir afrontando nuevos retos
Macarena García (Madrid, 37 años) responde a S Moda desde el campo, donde ha encontrado un anhelado respiro entre jornadas de ensayo y promoción. “Tengo que hacerlo más a menudo porque me hace mucho bien, me lo propongo siempre”, añade, consciente de que el ritmo de su día a día le dejará poco espacio para cumplir con el propósito. Lo último en su prolífica agenda es Una noche en Zoópolis (25 de abril en cines), película de animación en la que la ganadora del Goya vuelve a disfrutar de su amor por el doblaje dando voz a una intrépida loba. Con ella comparte el carácter “pizpireto” y una fe inquebrantable en el poder del colectivo: “Lo importante para conseguir cambios es estar unidos”.

Una noche en Zoópolis defiende un mensaje de colectividad, de la unión hace la fuerza, en un momento donde el individualismo parece en auge.
Siento que hay dos fuerzas. Por un lado, es evidente que hay más individualismo por la aparición de las redes sociales, tanta información, que todo vaya tan rápido… Pero también veo lo contrario: la necesidad de juntarnos, de tocarnos, de querer el bien para el otro. La fuerza de la empatía y de no mirar solo por uno. Diría que existen dos tendencias, pero es verdad que estamos en un momento que parece peligroso.
Es una de las actrices de su generación que más y mejor aborda su faceta de dobladora. Supongo que no hay un gran motivo económico detrás, así que, ¿cuál es la vocación?
Para mí es un disfrute, me lo paso como una niña. Cuentas con una libertad y una ligereza que no es fácil tener en un set, donde hay un montón de presiones y eres una pieza más del puzle. Aquí no existen cámaras, ni cuerpos, ni maquillajes, solo tu voz y tu esfuerzo para intentar dar expresividad a un personaje y transmitir. Además, siempre he tenido personajes femeninos muy bonitos y, en este caso, Gracie es una loba con una personalidad muy potente que coge las riendas del grupo. Estas películas marcan infancias y disfruto contando estas historias.
Sabiendo de su afición por trabajar con la voz y tras haber hecho musicales tanto en el teatro como en cine, ¿alguna vez ha estado cerca de intentarlo como cantante?
No es una pregunta loca. Nunca he querido tener una carrera como cantante, pero es verdad que desde pequeña me ha gustado cantar y sí que me he imaginado en algún momento componiendo y sacando alguna canción. Esa parte artística me gusta, pero creo que no tengo el talento y es algo que se ha diluido bastante en mi interior.
¿Cómo afirma con esa seguridad que no tiene talento para ello?
Sobre todo, como compositora. Si me lanzara a cantar una canción querría que fuera algo que yo quiero contar, si lo hiciera sería desde ese lugar. Hay que tener algo para poder hacer eso y yo no sé si lo tengo… Pero no es algo que ahora esté entre mis deseos. Estoy realmente conectada con mi actriz. Siento mucho amor por lo que hago y por lo que sé hacer, que no sé si es mucho más.
Tuvieron mucho eco las palabras que le dedicó en este periódico su ex, Leiva, diciendo que había sido “su ángel de la guardia, que le había salvado”. Sé que es muy reservada pero, ¿qué sintió al leerlas?
Como bien dices soy muy pudorosa y ahora me pillas un poco… [Medita unos segundos] Siempre es bonito que la gente que quieres hable de ti con cariño. Yo le quiero muchísimo. Como él dice, es una relación de casa y de mucho amor.
Tras el éxito de crítica y público que supuso su última película, Casa en flames, ¿cómo es la resaca tras tantos meses de eventos, premios y promoción?
Es como tratar de volver a tu centro. Todos los eventos y promociones requieren de mucha energía para afuera y, cuando terminas, buscas recogerte, volver a tu ser y a tu vida normal: la rutina, las cosas que te hacen sentir en paz. Si la gente lo viera… Mi vida no puede ser más corriente. Lo otro también es increíble. Llevo muchos años en la profesión y me encanta encontrarme con compañeros, es una alegría que reconozcan el trabajo de uno. Es una resaca buena.
Hace cine, series, teatro, doblaje…. ¿No le gusta la zona de confort?
No creo que haya un actor al que le preguntes que no quiera retos nuevos. Aunque da mucho miedo, en esta profesión se pierde la ilusión si siempre haces lo mismo. Y al espectador tampoco le interesa. Quiero seguir retándome, descubriéndome a mí misma e imaginándome en papeles diferentes. Meterte en otras cabezas, otros ojos y otras formas de estar en el mundo siempre acaba enriqueciéndote.
¿Se siente más libre en esta etapa profesional? ¿Puede permitirse hacer lo que quiera porque ya no tiene nada que demostrar o un camino que seguir?
Nunca he tenido muy claro qué quería hacer, supongo que varía en función de cada momento vital. Tengo claro el cine que me gusta y las películas que me dan placer como espectadora, así que sé el tipo de proyecto en el que me gustaría estar, pero en España es imposible diseñar la carrera de actriz como una querría. Te van llegando oportunidades y vas haciendo lo que puedes con lo que te ofrecen y, ya solo tener la opción de elegir y rechazar algo, es un privilegio que valoro muchísimo.
Ahora que hablamos sobre voces, ¿cuál es la voz que siempre le gusta escuchar, que le reconforta?
Te diría que la de mi madre. La voz de una madre no es siempre la que más reconforta… (ríe) pero a mí es la que más me calma. Es muy bonita. También te diría que las voces de las presentadoras de Punzadas Sonoras. Es un podcast que me encanta, son listísimas y cuentan cosas muy interesantes con una paz… Da gusto escucharlas, no solo lo que cuentan sino cómo lo cuentan.
¿Es muy diferente lo que siente cuando se escucha en pantalla a sus sensaciones cuando se ve actuando en una de sus películas como actriz?
Soy más benévola, creo. Es más sencillo poder centrarte solo en tu voz, que analizar tu voz, tu cara, tu expresión, tu sentido de la verdad… Es una parcela en la que me han dado la oportunidad de meter el pie, y sé que significa mucho e intento hacerlo con todo mi cariño, pero no es exactamente a lo que me dedico, lo que he estudiado y en lo que invierto la mayor parte de mi tiempo.
Tiene pendiente de estreno Un hijo, de Nacho La Casa, junto a Hugo Silva. ¿Qué puede contarnos sobre ella?
Me resultó una película muy bonita de hacer. Trata sobre un niño y una psicóloga del colegio que empieza a trabajar con él y tirar del hilo para entender por qué hay algo que no va bien. Ha sido un rodaje precioso porque es la profesión que habría ejercido si no hubiera sido actriz, psicóloga infantil, es lo que me hubiera gustado ser. Fue una gran oportunidad poder hacerlo unos días en la ficción.
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