“Digamos que el montaje arranca desafinado, pero se va ajustando y la segunda mitad de la función es una gozada. Sorprende, cautiva, conmueve y divierte”. Son palabras de Raquel Vidales, que ha visto el montaje de La Patética, una obra de Miguel del Arco que conjuga personajes y géneros dispares en una obra de tono inclasificable. Para componer tan singular pieza, Del Arco se ha inspirado libremente en la novela Morir de Schnitzler, además de en extractos de cartas de Chaikovski, un fragmento de un ensayo de Hugo von Hofmannsthal, pensamientos de Cioran y Montaigne… y hasta un discurso de Putin. Parece que el dramaturgo ha conseguido que esa mezcla en apariencia disparatada no chirríe. Pues eso, “una gozada”.
En Barcelona, el Teatre Lliure ha recuperado el primer texto del dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Avignon, que además dirige él mismo el montaje de El cor dels amans. “El texto palpita, rítmico como un corazón (o coração), haciendo bombear la sangre de intérpretes y público al unísono“, asegura Oriol Puig Taulé en su crítica de esta obra, “una propuesta desnuda que lo apuesta todo a la palabra”, y que demuestra, según nuestro experto, aquello de que menos es más.
Por último, en Madrid, La alojería funde dos obras, de María de Zayas y de Agustín Moreto, en un sugerente montaje sobre la amistad: un bonito encuentro intergeneracional. La representación de los actores en esta obra, adaptada y dirigida por el propio elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, y la respuesta del público “hacen de esta creación colectiva”, nos explica Javier Vallejo en su reseña, “un ejemplo de lo que el teatro público puede ser cuando lo procura”. Aunque, a pesar de que están todas las entradas vendidas para las funciones restantes hasta el 18 de mayo, es una lástima, según Vallejo, que la CNTC carezca de medios para mantener sus producciones en repertorio y a sus actores en plantilla.
“Digamos que el montaje arranca desafinado, pero se va ajustando y la segunda mitad de la función es una gozada. Sorprende, cautiva, conmueve y divierte”. Son palabras de Raquel Vidales, que ha visto el montaje de La Patética, una obra de Miguel del Arco que conjuga personajes y géneros dispares en una obra de tono inclasificable. Para componer tan singular pieza, Del Arco se ha inspirado libremente en la novela Morir de Schnitzler, además de en extractos de cartas de Chaikovski, un fragmento de un ensayo de Hugo von Hofmannsthal, pensamientos de Cioran y Montaigne… y hasta un discurso de Putin. Parece que el dramaturgo ha conseguido que esa mezcla en apariencia disparatada no chirríe. Pues eso, “una gozada”.En Barcelona, el Teatre Lliure ha recuperado el primer texto del dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Avignon, que además dirige él mismo el montaje de El cor dels amans. “El texto palpita, rítmico como un corazón (o coração), haciendo bombear la sangre de intérpretes y público al unísono“, asegura Oriol Puig Taulé en su crítica de esta obra, “una propuesta desnuda que lo apuesta todo a la palabra”, y que demuestra, según nuestro experto, aquello de que menos es más.Por último, en Madrid, La alojería funde dos obras, de María de Zayas y de Agustín Moreto, en un sugerente montaje sobre la amistad: un bonito encuentro intergeneracional. La representación de los actores en esta obra, adaptada y dirigida por el propio elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, y la respuesta del público “hacen de esta creación colectiva”, nos explica Javier Vallejo en su reseña, “un ejemplo de lo que el teatro público puede ser cuando lo procura”. Aunque, a pesar de que están todas las entradas vendidas para las funciones restantes hasta el 18 de mayo, es una lástima, según Vallejo, que la CNTC carezca de medios para mantener sus producciones en repertorio y a sus actores en plantilla. Seguir leyendo
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia
Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados

“Digamos que el montaje arranca desafinado, pero se va ajustando y la segunda mitad de la función es una gozada. Sorprende, cautiva, conmueve y divierte”. Son palabras de Raquel Vidales, que ha visto el montaje de La Patética, una obra de Miguel del Arco que conjuga personajes y géneros dispares en una obra de tono inclasificable. Para componer tan singular pieza, Del Arco se ha inspirado libremente en la novela Morir de Schnitzler, además de en extractos de cartas de Chaikovski, un fragmento de un ensayo de Hugo von Hofmannsthal, pensamientos de Cioran y Montaigne… y hasta un discurso de Putin. Parece que el dramaturgo ha conseguido que esa mezcla en apariencia disparatada no chirríe. Pues eso, “una gozada”.
En Barcelona, el Teatre Lliure ha recuperado el primer texto del dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Avignon, que además dirige él mismo el montaje de El cor dels amans. “El texto palpita, rítmico como un corazón (o coração), haciendo bombear la sangre de intérpretes y público al unísono“, asegura Oriol Puig Taulé en su crítica de esta obra, “una propuesta desnuda que lo apuesta todo a la palabra”, y que demuestra, según nuestro experto, aquello de que menos es más.
Por último, en Madrid, La alojería funde dos obras, de María de Zayas y de Agustín Moreto, en un sugerente montaje sobre la amistad: un bonito encuentro intergeneracional. La representación de los actores en esta obra, adaptada y dirigida por el propio elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, y la respuesta del público “hacen de esta creación colectiva”, nos explica Javier Vallejo en su reseña, “un ejemplo de lo que el teatro público puede ser cuando lo procura”. Aunque, a pesar de que están todas las entradas vendidas para las funciones restantes hasta el 18 de mayo, es una lástima, según Vallejo, que la CNTC carezca de medios para mantener sus producciones en repertorio y a sus actores en plantilla.

Miguel del Arco conjuga personajes y géneros dispares en una obra de tono inclasificable.

El Teatre Lliure recupera el primer texto del dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, que dirige esta propuesta desnuda que lo apuesta todo a la palabra y que hace bueno el lema de menos es más

Esta comedia sobre la amistad masculina y la sororidad, trenzada colectivamente por la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, cautiva, instruye, divierte y no para de sorprender

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