<p>Hay conciertos que, incluso antes de que empiecen, se sabe que pasarán a la historia. Es lo que se ha vivido esta noche en el <strong>Vaticano </strong>donde, por primera vez, se ha celebrado un <strong>concierto en la propia Plaza de San Pedro</strong>. El clima fue de gran expectación, marcado por la solemnidad de una emoción sin precedentes en al Vaticano. Algo que EL MUNDO ha podido vivir a muy pocos metros.</p>
La plaza de San Pedro acoge por primera vez un concierto internacional, donde un espectáculo de drones con imágenes religiosas hace las delicias del público
Hay conciertos que, incluso antes de que empiecen, se sabe que pasarán a la historia. Es lo que se ha vivido esta noche en el Vaticano donde, por primera vez, se ha celebrado un concierto en la propia Plaza de San Pedro. El clima fue de gran expectación, marcado por la solemnidad de una emoción sin precedentes en al Vaticano. Algo que EL MUNDO pudo vivir a muy pocos metros.
A las 21.00 horas, para los más de 100.000 asistentes al evento, empezó la cuenta atrás coreada por los presentes. A partir de ese momento, llegó el esperado arranque de Andrea Bocelli, quien cantó Amazing Grace. Mientras, por sorpresa, un conjunto de más de 3.000 drones representaron en el cielo unas estrellas que parecían bajar del cielo para acercarse a las personas ya emocionadas.
A los pocos segundos de que Bocelli empezara a cantar, los drones volvieron a conformar otras composiciones en el cielo de la Plaza de San Pedro, con immágenes del Papa Francisco conmocionando y a la vez silenciando a los espectadores todavía con el recuerdo reciente de Jorge Mario Bergoglio. En la iconografía propuesta a través de los drones en vuelo, estuvo presente una imagen de la Piedad de Miguel Ángel y de imágenes míticas de la Capilla Sixtina.
Hubo una presencia institucional de la Santa Sede en el escenario y fue la de Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, quien recordó el simbolismo del «abrazo» que representa el colonnato de la plaza diseñada por Gian Lorenzo Bernini; como abrazo no sólo para los presentes, sino para todo el «mundo». Donde toda la «humanidad es parte de nosotros» para un mundo que apunte a la paz para que todos puedan «estar juntos como hermanos y hermanas», como «seres humanos».
Tras la llegada de Pharrel Williams, este agradeció al Papa León XIV su invitación al evento y a todos sus compañeros artistas que participaron en el concierto. Como experto performer no solo centró su mensaje en la «luz» de la humanidad, también pidió a los presentes que enciendieran las linteras de sus teléfonos móviles, convirtiendo San Pedro y los alrededores en una galaxia de estrellas a la altura de los adoquines del Vaticano.
Fue el propio Pharell Williams -que no se olvió de interpretar Happy- quien presentó a uno de los artistas más esperados de la noche, John Legend, quien con su voz pronunció un mensaje de paz y esperanza para toda la humanidad. Entre los invitados de la noche, destacó Graça Machel Mandela, viuda de Nelson Mandela, quien subrayó la importancia de un mundo de «justicia», se acordó de Palestina y Ucrania y destacó «el valor de los pueblos» que logran dejar las heridas de su pasado atrás para construir un futuro de «paz».
«Hay mucha magia esta noche, la atmósfera te involucra en un escenario tan único como la Plaza de San Pedro», explicaba la romana Anna Socillo a EL MUNDO, subrayando que, de este modo, la iglesia católica «se abre al mundo» con un concierto transmitido en directo a nivel mundial «lanzando un mensaje de paz entre seres humanos». En EEUU fue transmitido nada menos que por la cadena ABCNews. Anna, que estaba deseosa de escuchar en directo al tenor Andrea Bocelli y John Legend, admitió sentirseuna «privilegiada».
Aunque el momento de la noche lo protagonizaron a dúo Karol G y Andrea Bocelli cuando interpretaron Vivo por ella. «Me he emocionado mucho viendo al Papa Francisco representado en el cielo», comenta Carmen A., española en Roma, sobre los drones que lo han representado por encima de la cúpula de San Pedro.
«Que el Vaticano haya tenido una iniciativa así permite tender puentes entre todos los seres humanos» y con «la Plaza de San Pedro como escenario de paz y concordia». Carmen se emocionaba recordando a Bergoglio. Porque, con la ayuda de los drones, esta noche, el Papa Francisco estuvo dos veces en el cielo.
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