David Shohet, un entusiasta mecenas literario taurino nacido en Bagdad

David Shohet nació hace 92 años en Bagdad, la capital de Irak; de origen judío, conoció España y los toros en la década de los años cincuenta, se sintió atraído por el país y la tauromaquia, y aquí ha desarrollado una amplia actividad empresarial y un destacado mecenazgo literario taurino.

Desde 1989 patrocina el Premio Literario Taurino Internacional Doctor Zúmel, que cumple en 2025 su 37ª edición, y que, a su juicio, “se ha consolidado como una plataforma de referencia para la expresión artística, económica y literaria en el ámbito taurino, y el fomento de obras que exploran diversas facetas de la tauromaquia”.

Cuenta Shohet que a la edad de seis o siete años, una anciana de etnia gitana le tomó las manos y le vaticinó que en el futuro ejercería como juez en España. “Yo no sabía entonces ni dónde estaba España”, señala, “ni podía imaginar la estrecha relación que tendría, pasado el tiempo, con este país”.

Veinte años más tarde, tras una estancia en Israel, su familia se instaló en Milán, y gracias a su afición a los caballos, tuvo la oportunidad de visitar España para participar en una ruta hípica por Andalucía. Desembarcó en Málaga, procedente de Génova, y en la plaza de toros de Ronda presenció por vez primera un espectáculo de rejoneo protagonizado por Cándido López Chaves y su hermana Lolita.

“Ese fue el inicio de mi afición a los toros”, afirma Shohet.

“No me bastaba con ser un simple aficionado, y pensé dar algo de mí a la proyección de la fiesta de los toros”

Pocos años después se instaló empresarialmente en España en el sector de la construcción, conoció al doctor Mariano Zúmel, muy vinculado a la fiesta de los toros, (“Renové mi amistad con la tauromaquia”, apunta), y fue entonces, asegura Shohet, cuando en 1989 decidió crear el Premio Literario Taurino Internacional al que le añadió el nombre de su amigo médico a la muerte de este en 1997.

“No me bastaba considerarme aficionado de los que van a los toros con permanente asiduidad”, explica el promotor, “sino que pensaba dar algo de mí a la proyección de la fiesta y también en su defensa contra los vientos modernos que parecen soplar en contra”.

Rosa Basante, presidenta del jurado desde 2008, —antes lo había sido desde su creación el periodista taurino Rafael Campos de España— destaca la bonhomía, la tolerancia y el respeto a los demás de David Shohet, “un personaje singular y único que se enamoró de la fiesta de los toros, y tuvo la suerte de conocer al doctor Zúmel, quien lo convenció para que creara este premio, que es un reconocimiento al valor cultural de la tauromaquia”.

El jurado debate y propone cada año el tema sobre el que deben versar los trabajos presentados; la dotación de los premios, primero y segundo, es de 4.500 y 1.500 euros, respectivamente, y se publican cada cinco años en un volumen con la colaboración de la Universidad de Navarra.

Andrés Amorós, catedrático de Literatura y crítico taurino, fue el ganador de la primera edición con un texto sobre La fiesta de los toros y la cultura; después, ha sido muy variada la temática propuesta por el jurado, como la evolución histórica del toro bravo, la figura de Manolete, el sentido y la evolución de la suerte de varas, la juventud y los toros, las redes sociales como alternativa para el fomento de la tauromaquia, la adecuación de la lidia al siglo XXI, análisis de los aspectos económicos que inciden en el desarrollo de la fiesta de los toros, la financiación, impuestos y precios de las entradas como factores para la subsistencia de la fiesta, y la cooperación necesaria entre jóvenes y mayores para el conocimiento y evolución de la tauromaquia del siglo XXI, entre otros muchos.

El tema propuesto para este año es La tauromaquia, toros, toreros y nuevas suertes del toreo, que será fallado durante este mes de julio, y entregado en septiembre en el transcurso de un acto que anualmente se celebra en el domicilio del patrocinador.

David Shohet asegura que sigue en activo como empresario, y cuenta que alguna vez le ofrecieron comprar una ganadería y un buen amigo le aconsejó con acierto que continuara solo con el premio, añade que su torero preferido ha sido El Viti y ahora admira a Roca Rey; no ha vuelto ni a Bagdad ni a Ronda, y espera que su labor de mecenazgo continúe después de él.

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 Desde 1989 es el patrocinador del Premio Doctor Zúmel, que persigue el fomento de la investigación, la creatividad y la difusión de la tauromaquia  

David Shohet nació hace 92 años en Bagdad, la capital de Irak; de origen judío, conoció España y los toros en la década de los años cincuenta, se sintió atraído por el país y la tauromaquia, y aquí ha desarrollado una amplia actividad empresarial y un destacado mecenazgo literario taurino.

Desde 1989 patrocina el Premio Literario Taurino Internacional Doctor Zúmel, que cumple en 2025 su 37ª edición, y que, a su juicio, “se ha consolidado como una plataforma de referencia para la expresión artística, económica y literaria en el ámbito taurino, y el fomento de obras que exploran diversas facetas de la tauromaquia”.

Cuenta Shohet que a la edad de seis o siete años, una anciana de etnia gitana le tomó las manos y le vaticinó que en el futuro ejercería como juez en España. “Yo no sabía entonces ni dónde estaba España”, señala, “ni podía imaginar la estrecha relación que tendría, pasado el tiempo, con este país”.

Veinte años más tarde, tras una estancia en Israel, su familia se instaló en Milán, y gracias a su afición a los caballos, tuvo la oportunidad de visitar España para participar en una ruta hípica por Andalucía. Desembarcó en Málaga, procedente de Génova, y en la plaza de toros de Ronda presenció por vez primera un espectáculo de rejoneo protagonizado por Cándido López Chaves y su hermana Lolita.

“Ese fue el inicio de mi afición a los toros”, afirma Shohet.

“No me bastaba con ser un simple aficionado, y pensé dar algo de mí a la proyección de la fiesta de los toros”

Pocos años después se instaló empresarialmente en España en el sector de la construcción, conoció al doctor Mariano Zúmel, muy vinculado a la fiesta de los toros, (“Renové mi amistad con la tauromaquia”, apunta), y fue entonces, asegura Shohet, cuando en 1989 decidió crear el Premio Literario Taurino Internacional al que le añadió el nombre de su amigo médico a la muerte de este en 1997.

“No me bastaba considerarme aficionado de los que van a los toros con permanente asiduidad”, explica el promotor, “sino que pensaba dar algo de mí a la proyección de la fiesta y también en su defensa contra los vientos modernos que parecen soplar en contra”.

Rosa Basante, presidenta del jurado desde 2008, —antes lo había sido desde su creación el periodista taurino Rafael Campos de España— destaca la bonhomía, la tolerancia y el respeto a los demás de David Shohet, “un personaje singular y único que se enamoró de la fiesta de los toros, y tuvo la suerte de conocer al doctor Zúmel, quien lo convenció para que creara este premio, que es un reconocimiento al valor cultural de la tauromaquia”.

El jurado debate y propone cada año el tema sobre el que deben versar los trabajos presentados; la dotación de los premios, primero y segundo, es de 4.500 y 1.500 euros, respectivamente, y se publican cada cinco años en un volumen con la colaboración de la Universidad de Navarra.

Andrés Amorós, catedrático de Literatura y crítico taurino, fue el ganador de la primera edición con un texto sobre La fiesta de los toros y la cultura; después, ha sido muy variada la temática propuesta por el jurado, como la evolución histórica del toro bravo, la figura de Manolete, el sentido y la evolución de la suerte de varas, la juventud y los toros, las redes sociales como alternativa para el fomento de la tauromaquia, la adecuación de la lidia al siglo XXI, análisis de los aspectos económicos que inciden en el desarrollo de la fiesta de los toros, la financiación, impuestos y precios de las entradas como factores para la subsistencia de la fiesta, y la cooperación necesaria entre jóvenes y mayores para el conocimiento y evolución de la tauromaquia del siglo XXI, entre otros muchos.

El tema propuesto para este año es La tauromaquia, toros, toreros y nuevas suertes del toreo, que será fallado durante este mes de julio, y entregado en septiembre en el transcurso de un acto que anualmente se celebra en el domicilio del patrocinador.

David Shohet asegura que sigue en activo como empresario, y cuenta que alguna vez le ofrecieron comprar una ganadería y un buen amigo le aconsejó con acierto que continuara solo con el premio, añade que su torero preferido ha sido El Viti y ahora admira a Roca Rey; no ha vuelto ni a Bagdad ni a Ronda, y espera que su labor de mecenazgo continúe después de él.

 EL PAÍS

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