<p>»Y este frío, ¿cuándo se acaba, diablo?», se pregunta el cantante puertorriqueño <strong>Bad Bunny,</strong> en tono existencial, para comenzar su última producción, ‘<strong>Nuevayol'</strong>, que que va camino de convertirse en un himno a favor de los emigrantes perseguidos por la administración de Donald Trump.</p>
La última producción del puertorriqueño critica la persecución del presidente de Estados Unidos a los inmigrantes
«Y este frío, ¿cuándo se acaba, diablo?», se pregunta el cantante puertorriqueño Bad Bunny, en tono existencial, para comenzar su última producción, ‘Nuevayol’, que que va camino de convertirse en un himno a favor de los emigrantes perseguidos por la administración de Donald Trump.
El desafío del popular reguetonero, un fenómeno de masas en el continente, le lleva incluso a «subirse» a la Estatua de la Libertad para recrear la protesta histórica de cinco activistas del Comité Nacional para la Descolonización de Puerto Rico, quienes en 1977 tomaron pacíficamente el ícono de Nueva York.
En esta ocasión, Bad Bunny también ha «pintado» su cara con los colores de la bandera boricua para gritar, desde lo más alto, en defensa de los latinos y en contra del presidente que les persigue. El azul celeste, además, se vincula a la lucha por la soberanía nacional en la isla caribeña, un estado libre asociado a Washington que se debate con mantener ese estatus o integrarse a Estados Unidos.
Bad Bunny eligió una fecha muy especial: 4 de julio, Día de la Independencia en EEUU, y casi seis meses después del regreso a la Casa Blanca de Trump para reventar las redes con la presentación de ‘Nuevayol’. «Juntos somos más fuertes» es la leyenda con la que cierra un vídeo impactante, preñado de ritmos latinos clásicos y de mensaje político.
En la escena crucial de la producción audiovisual, un grupo de jóvenes latinos escuchan en una radio un discurso (falso) de Trump, en el que por fin reconoce los horrores de su cruzada antimigrantes, que no sólo ha sacudido a los latinoamericanos llegados hasta el gigante del norte, también sus países de origen.
«Cometí un error, quiero pedir disculpas a los emigrantes en América, quiero decir en EEUU. Sé que América es todo el continente. Este país no es nada sin los inmigrantes. Este país no es nada sin los mexicanos, dominicanos, puertorriqueños, colombianos, venezolanos, cubanos», se escucha al otro Trump.
La reivindicación de Bad Bunny del fenómeno de lo «nuyorriqueño», surgido hace décadas con la emigración masiva de boricuas a la Gran Manzana, especialmente el Bronx, Harlem o Queens, queda plasmada en su canción con varias tradiciones del país caribeño, como la fiesta de los 15 años o el juego de dominó, muy populares también en otros países del Caribe, como República Dominicana y Cuba.
Y todo ello bajo los acordes iniciales de ‘Un verano en Nueva York’, un clásico de El Gran Combo de Puerto Rico. Mucha salsa, mucha alegría vintage y mucha nostalgia de tiempos mejores.
«Yo estoy en la mía, no tengo adversarios, no. Con los Yankees y los Mets (equipos neoyorquinos de béisbol), Juan Soto (all star dominicano, que este verano protagonizó uno de los traspasos más sonados de la historia del béisbol al dejar a los Yankees para sumarse a los Mets). A correr, que otra vez la sacamos del estadio», recita Bad Bunny para deleite de sus seguidores.
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