‘Andor’ lleva ‘Star Wars’ a una complejidad que nunca rozó: “Hay pocos momentos de paz durante la historia”

En un mundo turbulento como en actual, casi resulta paradójico que una de las series más comprometidas, políticas, grises y complicadas suceda en una galaxia muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo. Es verdad que Star Wars ha sido desde sus mimbres una historia alrededor de la rebelión contra un imperio fascista. Por eso, Andor, que estrena segunda y última temporada este miércoles en Disney+, no hace otra cosa que desarrollar esa batalla más a fondo de lo que lo había hecho nunca, con una perspectiva adulta como nunca imaginó George Lucas. Al hacerlo, además, en un tiempo donde Hollywood peca de silencio con el presidente Donald Trump, su rebeldía acaba resonando más que nunca.

Su creador Tony Gilroy no ve en su obra, sin embargo, tanto un reflejo de la actualidad, sino más una demostración de que la historia se repite, y que “lo relevante en cualquier rebelión sigue siéndolo hoy. (…) Lo triste es que los momentos de paz y prosperidad han sido pocos en la historia”, explica a EL PAÍS durante la Star Wars Celebration de Japón, a la que el periódico ha acudido invitado por Disney. Gilroy, guionista de Michael Clayton, se ha pasado 40 años leyendo “por afición” libros históricos sobre el británico Oliver Cromwell, Zapata, la revolución rusa, la francesa… y este gigantesco universo simplemente le entregó la excusa perfecta para poder desarrollar todos esos temas a lo grande: “Lo acepté porque me darían un lienzo enorme para hablar de revolución, y de lo que le pasa a la gente normal cuando la historia toca su puerta”.

Diego Luna, el elenco y el creador de 'Andor', Tony Gilroy, tercero por la derecha, presentan la segunda temporada de la serie en la Star Wars Celebration de Japón.

Diego Luna, el espía al que da nombre la serie y que fue presentado en la película Rogue One, donde termina cronológicamente esta segunda temporada de 12 episodios, concuerda con el discurso de no querer explorar directamente la política actual, pese a que el texto hable por sí mismo: “Tony terminó de escribirla hace tres años, sin querer predecir el futuro”. Luna centra la esencia del discurso de Andor en las profundidades de las batallas personales de cada protagonista y lo que puede lograrse de su unión: “Esto es sobre el poder que tiene el trabajo en comunidad, y eso nunca dejará de ser pertinente: la serie trata sobre el clima social que se necesita para que se despierte esa revolución”. El mexicano está tan comprometido con este proyecto igual de colectivo que este año también es productor ejecutivo.

@elpais

Diego Luna, protagonista de ‘Andor’, ensalzó la labor social de su nueva obra promocionada en Japón: «Recordar que el trabajo comunitario nunca dejará de ser pertinente», expresó el mexicano 🎥 Eneko Ruiz Jiménez #diegoluna #andor #starwars #japon #cultura #Series #CapCut #starwarscelebration #seriesdisney #Cine #cineentiktok #cinetok #seriesrecomendadas #politica #seriestiktok

♬ sonido original – El País

La temporada comienza con un bien estructurado plan imperial diseñado por el personaje de Ben Mendelsohn (su capitán es responsable de construir la Estrella de la Muerte) que concluye que para extraer los minerales preciados del planeta Ghorman, lo mejor no es atacar a destajo sino ir caldeando el ambiente mediante propaganda e infiltrarse en los agujeros que dejan los rebeldes. El objetivo: que la población de a pie de este universo de ficción sienta que los luchadores clandestinos son los villanos, y que se posicione con los fascistas que los van a liberar. Las alegorías no escapan a nadie, pese a que los actores tengan como discurso promocional no meterse demasiado en política: “Creo que hemos creado algo atemporal, porque la historia es siempre relevante, y esperemos que Andor se mantenga relevante. La historia es cíclica, todo ha pasado antes y volverá a pasar incluso estando en una galaxia muy lejana”, detalla la productora Sanne Wohlenberg, citando a otra saga espacial como Galáctica.

Ben Mendelsohn, en la segunda temporada de la serie 'Andor'.

Una galaxia en la que, al mismo tiempo, no han limitado la grandeza, cuenta la productora alemana: se han creado 152 criaturas (la falta de alienígenas se criticó en la primera temporada) y 30 droides, y se han usado 1.300 planos de efectos especiales, 700 vestimentas en el elenco principal y 140 decorados en 24 localizaciones diferentes y naturalistas. Una de las principales ha sido la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia. Su aspecto futurista no solo sirve de Senado Imperial, sino que acoge una de las secuencias de espías y política más tensas de toda la serie. Curiosamente, el edificio diseñado por Calatrava ya fue utilizado en Tomorrowland, Doctor Who, Un mundo feliz o Westworld. “Parece diseñado para Star Wars, usamos cada esquina”, recuerda Genevieve O’Reilly, que estuvo un mes en la ciudad, donde coincidieron con las Fallas. Esta actriz lleva 20 años trabajando en el universo desde que aterrizó con un cameo como la senadora rebelde Mon Mothma de La venganza de los Sith. Gracias a esta serie su personaje ha adquirido nuevos grises.

Su historia evolucionará, además, durante los cuatro años que ocupa esta temporada que se estrena en bloques semanales de tres episodios. “Son como pequeñas películas, cada una sucede en un año y pasa otro entre ellas”, explica Gilroy sobre una épica que viaja donde el universo jamás lo ha hecho, con una intensidad inusual. Cada bloque da así la capacidad para contar una historia muy distinta, mientras la oscuridad va sumiéndose.

Genevieve o”Reilly y Stellan Skarsgård, en una escena rodada en el Palacio de las Artes y las Ciencias de Valencia en la segunda temporada de 'Andor'.

Algunos de los personajes más complicados de Andor son precisamente fascistas del Imperio, aunque también hay terroristas, con los que el espectador puede llegar a posicionarse moralmente. Todos son dibujados en un elenco cada vez más coral con caracteres imperfectos, dubitativos, humanos. La portorriqueña Adria Arjona, por ejemplo, se adentra en la complejidad de una rebelde traumatizada por el abuso físico de los militares del imperio: “Vi muchas entrevistas de supervivientes para ir a lugares medio oscuros. Siempre va a haber revoluciones, y se necesita mucho amor y gente uniéndose por creer en lo mismo, y así cambiar las cosas”, cuenta.

La pizpireta Denise Gough, por su parte, interpreta a una impasible teniente imperial que busca subir de rango: “Esta temporada soy mucho menos jefaza y mucho más fascista. No la suavizan: muestra que alguien que está así de profundamente adoctrinada es peligrosa. Lo bello es que a través de la ficción creas empatía, y me encantaría pensar que el público recibe esa empatía por el otro. Mi personaje está adoctrinado, no mira más allá”. Concuerda Kyle Soller, cuyo personaje intenta encontrar su lugar en el ala fascista a través del amor de su madre: “Se vuelven figuras trágicas. Está desesperado en forjar su identidad en la estructura”, entre burocracia, jerarquías y un entorno gris lejos de la fantasía habitual de la franquicia, que muestra también la hipocresía de los revolucionarios capitaneada por Stellan Skarsgård y cómo sus líderes aprovechan la “esperanza” de los niveles más bajos de la sociedad para alcanzar sus fines personales.

Denise Gough, en la segunda temporada de la serie 'Andor'.

Entre todos, en un trabajo en equipo tan enorme como su revolución, logran aterrizar este complejo mamotreto que hará que el espectador no vea nunca más el universo y sus películas de la misma manera. Y, además, con su narración a fuego lento puede encandilar a los profanos de su universo. Porque, por suerte, aunque la historia se repita, Star Wars no siempre tiene que ser lo mismo.

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 En un mundo turbulento como en actual, casi resulta paradójico que una de las series más comprometidas, políticas, grises y complicadas suceda en una galaxia muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo. Es verdad que Star Wars ha sido desde sus mimbres una historia alrededor de la rebelión contra un imperio fascista. Por eso, Andor, que estrena segunda y última temporada este miércoles en Disney+, no hace otra cosa que desarrollar esa batalla más a fondo de lo que lo había hecho nunca, con una perspectiva adulta como nunca imaginó George Lucas. Al hacerlo, además, en un tiempo donde Hollywood peca de silencio con el presidente Donald Trump, su rebeldía acaba resonando más que nunca.Su creador Tony Gilroy no ve en su obra, sin embargo, tanto un reflejo de la actualidad, sino más una demostración de que la historia se repite, y que “lo relevante en cualquier rebelión sigue siéndolo hoy. (…) Lo triste es que los momentos de paz y prosperidad han sido pocos en la historia”, explica a EL PAÍS durante la Star Wars Celebration de Japón, a la que el periódico ha acudido invitado por Disney. Gilroy, guionista de Michael Clayton, se ha pasado 40 años leyendo “por afición” libros históricos sobre el británico Oliver Cromwell, Zapata, la revolución rusa, la francesa… y este gigantesco universo simplemente le entregó la excusa perfecta para poder desarrollar todos esos temas a lo grande: “Lo acepté porque me darían un lienzo enorme para hablar de revolución, y de lo que le pasa a la gente normal cuando la historia toca su puerta”.Diego Luna, el espía al que da nombre la serie y que fue presentado en la película Rogue One, donde termina cronológicamente esta segunda temporada de 12 episodios, concuerda con el discurso de no querer explorar directamente la política actual, pese a que el texto hable por sí mismo: “Tony terminó de escribirla hace tres años, sin querer predecir el futuro”. Luna centra la esencia del discurso de Andor en las profundidades de las batallas personales de cada protagonista y lo que puede lograrse de su unión: “Esto es sobre el poder que tiene el trabajo en comunidad, y eso nunca dejará de ser pertinente: la serie trata sobre el clima social que se necesita para que se despierte esa revolución”. El mexicano está tan comprometido con este proyecto igual de colectivo que este año también es productor ejecutivo. @elpais Diego Luna, protagonista de ‘Andor’, ensalzó la labor social de su nueva obra promocionada en Japón: «Recordar que el trabajo comunitario nunca dejará de ser pertinente», expresó el mexicano 🎥 Eneko Ruiz Jiménez #diegoluna #andor #starwars #japon #cultura #Series #CapCut #starwarscelebration #seriesdisney #Cine #cineentiktok #cinetok #seriesrecomendadas #politica #seriestiktok ♬ sonido original – El País La temporada comienza con un bien estructurado plan imperial diseñado por el personaje de Ben Mendelsohn (su capitán es responsable de construir la Estrella de la Muerte) que concluye que para extraer los minerales preciados del planeta Ghorman, lo mejor no es atacar a destajo sino ir caldeando el ambiente mediante propaganda e infiltrarse en los agujeros que dejan los rebeldes. El objetivo: que la población de a pie de este universo de ficción sienta que los luchadores clandestinos son los villanos, y que se posicione con los fascistas que los van a liberar. Las alegorías no escapan a nadie, pese a que los actores tengan como discurso promocional no meterse demasiado en política: “Creo que hemos creado algo atemporal, porque la historia es siempre relevante, y esperemos que Andor se mantenga relevante. La historia es cíclica, todo ha pasado antes y volverá a pasar incluso estando en una galaxia muy lejana”, detalla la productora Sanne Wohlenberg, citando a otra saga espacial como Galáctica.Una galaxia en la que, al mismo tiempo, no han limitado la grandeza, cuenta la productora alemana: se han creado 152 criaturas (la falta de alienígenas se criticó en la primera temporada) y 30 droides, y se han usado 1.300 planos de efectos especiales, 700 vestimentas en el elenco principal y 140 decorados en 24 localizaciones diferentes y naturalistas. Una de las principales ha sido la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia. Su aspecto futurista no solo sirve de Senado Imperial, sino que acoge una de las secuencias de espías y política más tensas de toda la serie. Curiosamente, el edificio diseñado por Calatrava ya fue utilizado en Tomorrowland, Doctor Who, Un mundo feliz o Westworld. “Parece diseñado para Star Wars, usamos cada esquina”, recuerda Genevieve O’Reilly, que estuvo un mes en la ciudad, donde coincidieron con las Fallas. Esta actriz lleva 20 años trabajando en el universo desde que aterrizó con un cameo como la senadora rebelde Mon Mothma de La venganza de los Sith. Gracias a esta serie su personaje ha adquirido nuevos grises.Su historia evolucionará, además, durante los cuatro años que ocupa esta temporada que se estrena en bloques semanales de tres episodios. “Son como pequeñas películas, cada una sucede en un año y pasa otro entre ellas”, explica Gilroy sobre una épica que viaja donde el universo jamás lo ha hecho, con una intensidad inusual. Cada bloque da así la capacidad para contar una historia muy distinta, mientras la oscuridad va sumiéndose.Algunos de los personajes más complicados de Andor son precisamente fascistas del Imperio, aunque también hay terroristas, con los que el espectador puede llegar a posicionarse moralmente. Todos son dibujados en un elenco cada vez más coral con caracteres imperfectos, dubitativos, humanos. La portorriqueña Adria Arjona, por ejemplo, se adentra en la complejidad de una rebelde traumatizada por el abuso físico de los militares del imperio: “Vi muchas entrevistas de supervivientes para ir a lugares medio oscuros. Siempre va a haber revoluciones, y se necesita mucho amor y gente uniéndose por creer en lo mismo, y así cambiar las cosas”, cuenta.La pizpireta Denise Gough, por su parte, interpreta a una impasible teniente imperial que busca subir de rango: “Esta temporada soy mucho menos jefaza y mucho más fascista. No la suavizan: muestra que alguien que está así de profundamente adoctrinada es peligrosa. Lo bello es que a través de la ficción creas empatía, y me encantaría pensar que el público recibe esa empatía por el otro. Mi personaje está adoctrinado, no mira más allá”. Concuerda Kyle Soller, cuyo personaje intenta encontrar su lugar en el ala fascista a través del amor de su madre: “Se vuelven figuras trágicas. Está desesperado en forjar su identidad en la estructura”, entre burocracia, jerarquías y un entorno gris lejos de la fantasía habitual de la franquicia, que muestra también la hipocresía de los revolucionarios capitaneada por Stellan Skarsgård y cómo sus líderes aprovechan la “esperanza” de los niveles más bajos de la sociedad para alcanzar sus fines personales.Entre todos, en un trabajo en equipo tan enorme como su revolución, logran aterrizar este complejo mamotreto que hará que el espectador no vea nunca más el universo y sus películas de la misma manera. Y, además, con su narración a fuego lento puede encandilar a los profanos de su universo. Porque, por suerte, aunque la historia se repita, Star Wars no siempre tiene que ser lo mismo. Seguir leyendo  

En un mundo turbulento como en actual, casi resulta paradójico que una de las series más comprometidas, políticas, grises y complicadas suceda en una galaxia muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo. Es verdad que Star Warsha sido desde sus mimbres una historia alrededor de la rebelión contra un imperio fascista. Por eso, Andor, que estrena segunda y última temporada este miércoles en Disney+, no hace otra cosa que desarrollar esa batalla más a fondo de lo que lo había hecho nunca, con una perspectiva adulta como nunca imaginó George Lucas. Al hacerlo, además, en un tiempo donde Hollywood peca de silencio con el presidente Donald Trump, su rebeldía acaba resonando más que nunca.

Su creador Tony Gilroy no ve en su obra, sin embargo, tanto un reflejo de la actualidad, sino más una demostración de que la historia se repite, y que “lo relevante en cualquier rebelión sigue siéndolo hoy. (…) Lo triste es que los momentos de paz y prosperidad han sido pocos en la historia”, explica a EL PAÍS durante la Star Wars Celebration de Japón, a la que el periódico ha acudido invitado por Disney. Gilroy, guionista de Michael Clayton, se ha pasado 40 años leyendo “por afición” libros históricos sobre el británico Oliver Cromwell, Zapata, la revolución rusa, la francesa… y este gigantesco universo simplemente le entregó la excusa perfecta para poder desarrollar todos esos temas a lo grande: “Lo acepté porque me darían un lienzo enorme para hablar de revolución, y de lo que le pasa a la gente normal cuando la historia toca su puerta”.

Diego Luna, el elenco y el creador de 'Andor', Tony Gilroy, tercero por la derecha, presentan la segunda temporada de la serie en la Star Wars Celebration de Japón.

Diego Luna, el espía al que da nombre la serie y que fue presentado en la película Rogue One,donde termina cronológicamente esta segunda temporada de 12 episodios, concuerda con el discurso de no querer explorar directamente la política actual, pese a que el texto hable por sí mismo: “Tony terminó de escribirla hace tres años, sin querer predecir el futuro”. Luna centra la esencia del discurso de Andor en las profundidades de las batallas personales de cada protagonista y lo que puede lograrse de su unión: “Esto es sobre el poder que tiene el trabajo en comunidad, y eso nunca dejará de ser pertinente: la serie trata sobre el clima social que se necesita para que se despierte esa revolución”. El mexicano está tan comprometido con este proyecto igual de colectivo que este año también es productor ejecutivo.

@elpais

Diego Luna, protagonista de ‘Andor’, ensalzó la labor social de su nueva obra promocionada en Japón: «Recordar que el trabajo comunitario nunca dejará de ser pertinente», expresó el mexicano 🎥 Eneko Ruiz Jiménez #diegoluna #andor #starwars #japon #cultura #Series #CapCut #starwarscelebration #seriesdisney #Cine #cineentiktok #cinetok #seriesrecomendadas #politica #seriestiktok

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La temporada comienza con un bien estructurado plan imperial diseñado por el personaje de Ben Mendelsohn (su capitán es responsable de construir la Estrella de la Muerte) que concluye que para extraer los minerales preciados del planeta Ghorman, lo mejor no es atacar a destajo sino ir caldeando el ambiente mediante propaganda e infiltrarse en los agujeros que dejan los rebeldes. El objetivo: que la población de a pie de este universo de ficción sienta que los luchadores clandestinos son los villanos, y que se posicione con los fascistas que los van a liberar. Las alegorías no escapan a nadie, pese a que los actores tengan como discurso promocional no meterse demasiado en política: “Creo que hemos creado algo atemporal, porque la historia es siempre relevante, y esperemos que Andor se mantenga relevante. La historia es cíclica, todo ha pasado antes y volverá a pasar incluso estando en una galaxia muy lejana”, detalla la productora Sanne Wohlenberg, citando a otra saga espacial como Galáctica.

Ben Mendelsohn, en la segunda temporada de la serie 'Andor'.

Una galaxia en la que, al mismo tiempo, no han limitado la grandeza, cuenta la productora alemana: se han creado 152 criaturas (la falta de alienígenas se criticó en la primera temporada) y 30 droides, y se han usado 1.300 planos de efectos especiales, 700 vestimentas en el elenco principal y 140 decorados en 24 localizaciones diferentes y naturalistas. Una de las principales ha sido la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia. Su aspecto futurista no solo sirve de Senado Imperial, sino que acoge una de las secuencias de espías y política más tensas de toda la serie. Curiosamente, el edificio diseñado por Calatrava ya fue utilizado en Tomorrowland, Doctor Who, Un mundo feliz o Westworld. “Parece diseñado para Star Wars, usamos cada esquina”, recuerda Genevieve O’Reilly, que estuvo un mes en la ciudad, donde coincidieron con las Fallas. Esta actriz lleva 20 años trabajando en el universo desde que aterrizó con un cameo como la senadora rebelde Mon Mothma de La venganza de los Sith. Gracias a esta serie su personaje ha adquirido nuevos grises.

Su historia evolucionará, además, durante los cuatro años que ocupa esta temporada que se estrena en bloques semanales de tres episodios. “Son como pequeñas películas, cada una sucede en un año y pasa otro entre ellas”, explica Gilroy sobre una épica que viaja donde el universo jamás lo ha hecho, con una intensidad inusual. Cada bloque da así la capacidad para contar una historia muy distinta, mientras la oscuridad va sumiéndose.

Genevieve o”Reilly y Stellan Skarsgård, en una escena rodada en el Palacio de las Artes y las Ciencias de Valencia en la segunda temporada de 'Andor'.

Algunos de los personajes más complicados de Andor son precisamente fascistas del Imperio, aunque también hay terroristas, con los que el espectador puede llegar a posicionarse moralmente. Todos son dibujados en un elenco cada vez más coral con caracteres imperfectos, dubitativos, humanos. La portorriqueña Adria Arjona, por ejemplo, se adentra en la complejidad de una rebelde traumatizada por el abuso físico de los militares del imperio: “Vi muchas entrevistas de supervivientes para ir a lugares medio oscuros. Siempre va a haber revoluciones, y se necesita mucho amor y gente uniéndose por creer en lo mismo, y así cambiar las cosas”, cuenta.

La pizpireta Denise Gough, por su parte, interpreta a una impasible teniente imperial que busca subir de rango: “Esta temporada soy mucho menos jefaza y mucho más fascista. No la suavizan: muestra que alguien que está así de profundamente adoctrinada es peligrosa. Lo bello es que a través de la ficción creas empatía, y me encantaría pensar que el público recibe esa empatía por el otro. Mi personaje está adoctrinado, no mira más allá”. Concuerda Kyle Soller, cuyo personaje intenta encontrar su lugar en el ala fascista a través del amor de su madre: “Se vuelven figuras trágicas. Está desesperado en forjar su identidad en la estructura”, entre burocracia, jerarquías y un entorno gris lejos de la fantasía habitual de la franquicia, que muestra también la hipocresía de los revolucionarios capitaneada por Stellan Skarsgård y cómo sus líderes aprovechan la “esperanza” de los niveles más bajos de la sociedad para alcanzar sus fines personales.

Denise Gough, en la segunda temporada de la serie 'Andor'.

Entre todos, en un trabajo en equipo tan enorme como su revolución, logran aterrizar este complejo mamotreto que hará que el espectador no vea nunca más el universo y sus películas de la misma manera. Y, además, con su narración a fuego lento puede encandilar a los profanos de su universo. Porque, por suerte, aunque la historia se repita,Star Wars no siempre tiene que ser lo mismo.

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