Aitana: «Me daba pánico desmayarme con un ataque de ansiedad en medio de la alfombra roja de mi documental»

<p class=»ue-c-article__paragraph»><strong>Aitana </strong>(San Clemente de Llobregat, 1999) está y no está en su mejor momento. Ambas cosas a la vez, por contradictorio que suene. Cualquiera lo diría. A la cantante le brillan los ojos de la emoción y, apenas una décima de segundo después, frunce el ceño, preocupada por el más mínimo detalle. <strong>Son semanas frenéticas, entre ruedas de prensa y las decenas de preparativos previos a cualquier gira. </strong></p>

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 Tras el revuelo de su documental, la cantante catalana publica este viernes su cuarto álbum, ‘Cuarto azul’  

Aitana (San Clemente de Llobregat, 1999) está y no está en su mejor momento. Ambas cosas a la vez, por contradictorio que suene. Cualquiera lo diría. A la cantante le brillan los ojos de la emoción y, apenas una décima de segundo después, frunce el ceño, preocupada por el más mínimo detalle. Son semanas frenéticas, entre ruedas de prensa y las decenas de preparativos previos a cualquier gira.

El cuarto álbum de la barcelonesa -le preceden Spoiler (2019), 11 razones (2020) y Alpha (2023)- lleva por título Cuarto azul y verá la luz el próximo 30 de mayo. Pero antes, unos pocos cientos de afortunados tuvieron el privilegio (previo pago, eso sí) de escucharlo en primicia ayer por la tarde en el Movistar Arena de Madrid. Ahí mismo, en su particular cuarto azul -que, confiesa, le recuerda a su habitación de la infancia-, recibe a EL MUNDO.

Aitana: «Me la suda si dicen que es marketing que yo contara lo de mi depresión»
¿Es este nuevo disco una oda a la ruptura y a la venganza femenina? Algo así como ‘Reputation’ para Taylor Swift.
¡Ya me gustaría! (ríe). Creo que puede empezar siendo un poco eso, pero acaba siendo otra cosa completamente diferente. Hay canciones como Conexión psíquica o Superestrella que hablan mucho más de ir hacia la luz, hablan de empoderamiento, de resurgir de tus cenizas, como el ave Fénix. Pues sí, en realidad es bastante Reputation, ahora que lo pienso.
No abandonas el tecno de tu ‘era Alpha, pero algunos temas recuerdan también al pop más purista de los dos discos previos¿En qué medida crees que se nota una evolución en tu música?
He trabajado con muchos músicos a los que admiro, con un montón de compositores también que se han hecho de mis mejores amigos, como Gale. Eso es algo que no he hecho en anteriores discos por miedo a salir de mi zona de confort y más cuando algo te ha funcionado. Pero me dije: «Bueno, mira, voy con todas, es lo que hay». Me apetece probar cosas nuevas y estuve muchos meses metida en un estudio. Salieron como 70 maquetas, que es una locura. Creo que es un disco muy conceptual, porque habla de pasar de toda esa oscuridad, rabia, frustración, ansiedad… hasta darte cuenta que estás un poco mejor. Es como entender que te estás curando con algo que para ti es sagrado, que es la música.
Todas esas canciones tan íntimas las vas a interpretar ante miles de personas en los estadios. ¿Está desilusionada la Aitana que soñaba con los ‘bernabéus’?
No, ya no. Creo que todo pasa por algo. Obviamente me hubiese encantado hacer los bernabéus porque llevábamos casi dos años ya con todas las entradas vendidas, que es algo bastante fuerte para mi carrera. Pero sé que hacerlo en el Metropolitano va a ser igual de brutal. Me ha fastidiado más tener que cambiar tanto de fecha, y que mucha gente ya no pudiera asistir, que es normal. ¡Todavía quedan entradas, por si alguien más quiere sumarse! Pero estoy muy agradecida, muy tranquila y feliz por esa parte. Y bueno, el primer concierto es en casa, en el Estadio Lluís Companys de Barcelona, y eso me da todavía más nervios. El Olímpic es como Dios, ¿sabes? Ahí he visto a Coldplay, te quiero decir.
Esos ‘shows’ van a ser como una celebración tardía de tu cumpleaños, justo dentro de un mes cumples 26… ¿De qué cosas te arrepientes con 25?
Me arrepiento de haber malgastado mi tiempo con enfados tontos, conmigo misma y con la gente a la que quiero. Me arrepiento de no haber solucionado rápido cosas que son fáciles de solucionar, pero que, muchas veces por ego o por no saber cómo gestionarlo en el momento, pasa demasiado tiempo y es peor. Es un aprendizaje constante. De todo lo demás no me arrepiento porque creo que es muy importante caerse para tener todas las piernas llenas de moratones y acordarte de esas caídas. Y saber qué es lo que quieres y qué es lo que no quieres en la vida.
En tu documental para Netflix, ‘Metamorfosis’, dijiste que tenías la extraña certeza de que morirías joven. Más allá de la paranoia… ¿Qué harías sí o sí si supieras que mañana es el último día de tu vida?
Pues hoy [por ayer] tengo una listening party, así que no me queda otra que hacerla (ríe). Si me dicen que me muero mañana, pues igualmente lo haría, porque quiero pasarlo con la gente que me ha estado apoyando desde el principio de mi carrera, con los fans, con mi familia y con mis mejores amigas, que van a venir también. Va a estar toda la gente que me importa para escuchar mi disco a tres días de que salga, así que haría lo que me toca hacer hoy.
Hablando de la ‘listening party’… ¿No temes las filtraciones o son parte del juego?
Es una experiencia muy bonita que me apetecía mucho probar, porque aquí en España no estamos todavía muy acostumbrados. Yo soy muy fan de Adele, y si lo hiciera, iría directa, porque ostras, es algo que solo pasa una vez. Pero filtración va a haber segurísimo, es imposible que no haya, porque no hemos prohibido los móviles. Ya asumo que el bum del disco va a ser mucho menor que el de Alpha y que las canciones van a estar circulando por las redes sociales desde esta noche.
Bueno, ya habías creado mucha expectación con ‘6 de febrero’ meses antes de su lanzamiento… ¿Alguna vez te había pasado que te pidieran tan insistentemente que sacaras una canción?
¡No, nunca, ha sido loquísimo! No tenía pensado que saliera como single, sino como focus track del disco, pero bueno, tuvimos que cambiar porque, si no, los fans acababan conmigo. Cuando fui a Japón para conocer un poco la cultura del país, se especulaba que estaba grabando el videoclip, y pensaba: «¡Madre mía, me van a matar como no la saque ya!». O sea, hasta Rafa Nadal, que es amigo mío, me escribió un mensaje: «Aitana, ¿puedes pasarme la canción? Queremos escucharla toda la familia». Y se la mandé como un mes antes. Me alegro de que esté funcionando tan bien en las listas, entre tanta música urbana y tantos hombres, es algo que sinceramente no imaginaba.
¿Cómo ha sido la acogida del documental entre el público que no te seguía tan de cerca?
Muchísimo mejor de lo que esperaba. Yo pensaba que me iban a odiar, te lo juro. Me veía súper déspota y súper egocéntrica algunas veces. Me parecía horrible, no me gustaba nada. Decía: «¿Por qué no paro de hablar de mí? Qué pesada es esta chica, me cansa». Creía que se me iba a echar encima todo el mundo, la verdad. Pero ha pasado que mucha gente, jóvenes sobre todo, se ha sentido muy identificada con el proceso previo a sufrir una depresión y veía los patrones, como el dolor de cabeza, la ansiedad, el exceso de control, el estar completamente agotada, no tener ilusión… Y me han escrito muchas personas dándome las gracias por visibilizarlo y normalizarlo.
Mucha gente te lo ha agradecido, pero…
Sí, también ha habido mucha gente que afirmaba que era una estrategia de marketing, cosa que me parece tremenda para la gente que está sufriendo. Bueno, como yo, porque a día de hoy sigo medicándome. Me parece una falta de respeto. Yo soy la primera que es consciente de que soy una privilegiada, de que lo tengo todo para ser feliz… pero es una cosa que no puedo controlar, está en mi cabeza, y realmente es una enfermedad muy seria. Perdona, que te he cortado, es que me cabrea muchísimo.
¿Crees que el tema de la salud mental es un arma de doble filo? Ahora que muchos artistas sacan esa baza cuando hacen promoción de discos y giras…
En mi caso, si te soy sincera, solo pienso en hacerle ver a la adolescente, a la niña que está sintiendo eso y que no sabe qué le está pasando, que es algo normal. Es algo por lo que podemos pasar todos y que hay que tratar en terapia. La depresión no es cosa de raritos, cada persona la vive de una manera distinta. A la mierda si dicen que es marketing o no, yo jamás haría eso. Al final es mostrar mi parte más vulnerable, y no tenía porqué hacerlo. Ya es bastante fuerte que me haya desnudado a ese nivel y que la gente por la calle me pregunte si estoy bien, cuando quizá preferiría hacer ver que no sucede nada, y gestionarlo yo por mi cuenta. Pero me expuse porque era la realidad: me daba pánico desmayarme en medio de la alfombra en la promoción de Metamorfosis con un ataque de ansiedad, que entonces era algo bastante frecuente. Me parecía algo mucho más sano mentalmente el reconocerlo, y creo que he ayudado a mucha gente a desestigmatizar su problema. Mi psiquiatra me dijo que fui muy valiente, y lo volvería a hacer sin dudarlo.
¿Cómo te llevas con las redes sociales en estos momentos?
Creo que tengo una relación sana con ellas ahora mismo. Bueno, según con cuál. También intento ver las cosas que me hacen bien, y cuando digo que me hacen bien, también son críticas constructivas, por supuesto. No hace falta que me aplauda todo el mundo. La gente detrás de una pantalla tiene mucho poder, y está bien que tengan ese poder porque a lo mejor sienten que no lo tienen en otros aspectos de su vida. A mí no me importa ser el saco de boxeo de nadie, entiendo que es una consecuencia de mi trabajo.

«Pensaba que todo el mundo me iba a odiar cuando salió mi documental. Me veía súper déspota y egocéntrica»

Has hecho duetos con músicos internacionales como Sam Smith o Katy Perry. ¿Planeas volver a sacar algún tema propio en inglés para proyectarte en el mercado no hispanohablante?
Me encantaría, la verdad, pero poco a poco. No es algo de lo que tenga la necesidad inmediata, estoy bien así, creciendo a mi manera. Lo que más me gusta de todo eso es que luego puedo hacer gira y conocer más países. Ser la número uno o la número 50 o 100 en cualquier otro país, pues hombre, me da un poco más igual. Si estar más arriba significa que te conoce más gente y que te puedes ir de gira por allí, bienvenido sea. Lo que quiero es hacer conciertos, que llevo un año sin hacerlos y estoy que me muero, no puedo más.
¿Cuál es la colaboración que más ilusión te ha hecho del disco?
Te diría que La chica perfecta con Alaska, porque no pensé que diría que sí. Y porque es icónica, es que la amo.
¿Y alguna espinita que se te haya quedado clavada?
He tenido mucha suerte porque a todos los que les he mandado canciones me han dicho que sí. Pero obviamente me encantaría colaborar, aunque no se lo he propuesto nunca porque me van a decir que no seguro, con Karol G o con Rosalía. Sería muy guay. Pero me parece que Rosalía colabora con artistas más internacionales o ya más emergentes, no tanto con el pop español más… pues lo que soy yo, que no la juzgo, faltaría más. Pero oye, por pedir… A Carla Morrison también me hubiese gustado tenerla en el disco.
Mencionabas el tema con Alaska. Después de todas las polémicas que has protagonizado, las especulaciones sobre tu vida… ¿Sigues queriendo ser la chica perfecta o ya te has quitado esa losa?
Soy una persona muy perfeccionista. Y entonces, sin querer, siempre intento estar a la altura de esa perfección autoexigida, pero me he dado cuenta de que no me hace feliz. Así que ya trato de disfrutar y hacer más lo que quiero, intento saciar mi felicidad y no tanto la de los otros. Y siempre encontrar el gris, el equilibrio, el punto medio. La chica perfecta es, sobre todo, una canción reivindicativa de las miles de críticas a las que me he enfrentado estos años. Cuantísimas veces me han dicho que así no me vista, que no haga nosequé bailes, que si me he operado, que si soy muy bajita… Ya lo dijo Ester Expósito: «No somos muñecas, cambiamos». Me pareció muy necesario ese discurso porque a las mujeres jóvenes con un público también joven nos intentan encasillar dentro de esta industria, y no todo vale.

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