Querido Robert

Querido Robert. Acabo de venir del cine, ese lugar sagrado en el que tantas veces nos encontramos. Comprenderás que El golpe ha sido duro y al llegar a casa me he descalzado y he bajado al parque. Como no había colinas de Ngong he buscado un montículo y me he sentado a reflexionar sobre eso de que nuestras vidas son los ríos, el tuyo y el mío, Dos hombres y un destino. Quiero decirte que has sido El mejor y que en este mundo en el que vivimos, en esta Jauría humana llena de Leones por corderos y en el que Todos los hombres del presidente están encausados, he sentido que somos Tal como éramos y que al volver a casa, a tu salud, me he tomado un Habana. Sé feliz en La última fortaleza.

José Antonio Martínez Lamoca. Madrid

Delincuentes con carnet

En las novelas del Mundodisco, de Terry Pratchett, se mencionan el Gremio de Ladrones y el Gremio de Asesinos, de pertenencia obligada para los que quieren dedicarse a las actividades del latrocinio y el asesinato. Es obvio que el PP y Vox se inspiran en estas novelas cuando insisten en que no se pueden admitir emigrantes que vengan a delinquir. Está claro: para delincuentes, los provistos de DNI español. A ver si van a venir foráneos que limiten las oportunidades de los profesionales nacionales de esas artes.

Leandro Valencia Alonso. Sant Pol de Mar (Barcelona)

Cuidado con el autismo

Poner a un chico autista como agresivo y violento porque se da cabezazos —como se ha hecho en La caza: Irati— es muy estigmatizante. Cuando un entorno rechaza entender y acompañar a una persona autista, la única forma que tiene de regularse ante tanta violencia es infligiendose daño a sí mismo. No es ser infantil y tampoco rechaza integrarse. Retratarlo como amenazante y violento cuando tiene una crisis o necesita regularse es muy limitante. La información está al alcance de todos: el autismo es un espectro, y hay tantas formas distintas de autismo como personas autistas. El autismo violenta a quienes no lo entienden, y sobre todo, a quienes no están dispuestos a entenderlo.

Aitana Casi Izquierdo. Pamplona.

Estuve allí

Nací en Madrid hace 64 años, soy abogado, y el pasado domingo participé, junto a mi marido, en el boicot a La Vuelta. Sí, yo también volqué algunas vallas. En los últimos días, importantes dirigentes de mi país, mi comunidad y mi ayuntamiento, me han acusado de ser integrante de grupos violentos, de pertenecer a la kale borroka, de perseguir judíos y de perjudicar los intereses de mi país, España, entre otras cosas. Estos insignes dirigentes suelen invocar la Constitución a diario, aunque uno dude de que realmente la hayan siquiera ojeado. Es precisamente la Constitución la que consagra mi derecho a la libertad de expresión, de reunión y de manifestación y también, en su artículo 18, mi derecho al honor. Honor que con estas palabras ha sido vulnerado, al igual que el de miles de españoles. Quizá haya llegado el momento de que empecemos a reclamar la reparación de nuestra dignidad.

Luis Delgado Jiménez. Madrid

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 Los lectores y las lectoras escriben sobre Robert Redford, criminalidad y corrupción, el autismo en la ficción y las manifestaciones a favor de Palestina en la Vuelta  

Cartas al Director

Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los lectores y las lectoras escriben sobre Robert Redford, criminalidad y corrupción, el autismo en la ficción y las manifestaciones a favor de Palestina en la Vuelta

Robert Redford, en una foto de 2003.

Querido Robert. Acabo de venir del cine, ese lugar sagrado en el que tantas veces nos encontramos. Comprenderás que El golpe ha sido duro y al llegar a casa me he descalzado y he bajado al parque. Como no había colinas de Ngong he buscado un montículo y me he sentado a reflexionar sobre eso de que nuestras vidas son los ríos, el tuyo y el mío, Dos hombres y un destino. Quiero decirte que has sido El mejor y que en este mundo en el que vivimos, en esta Jauría humana llena de Leones por corderos y en el que Todos los hombres del presidente están encausados, he sentido que somos Tal como éramos y que al volver a casa, a tu salud, me he tomado un Habana. Sé feliz en La última fortaleza.

José Antonio Martínez Lamoca. Madrid

Delincuentes con carnet

En las novelas del Mundodisco, de Terry Pratchett, se mencionan el Gremio de Ladrones y el Gremio de Asesinos, de pertenencia obligada para los que quieren dedicarse a las actividades del latrocinio y el asesinato. Es obvio que el PP y Vox se inspiran en estas novelas cuando insisten en que no se pueden admitir emigrantes que vengan a delinquir. Está claro: para delincuentes, los provistos de DNI español. A ver si van a venir foráneos que limiten las oportunidades de los profesionales nacionales de esas artes.

Leandro Valencia Alonso. Sant Pol de Mar (Barcelona)

Cuidado con el autismo

Poner a un chico autista como agresivo y violento porque se da cabezazos —como se ha hecho en La caza: Irati— es muy estigmatizante. Cuando un entorno rechaza entender y acompañar a una persona autista, la única forma que tiene de regularse ante tanta violencia es infligiendose daño a sí mismo. No es ser infantil y tampoco rechaza integrarse. Retratarlo como amenazante y violento cuando tiene una crisis o necesita regularse es muy limitante. La información está al alcance de todos: el autismo es un espectro, y hay tantas formas distintas de autismo como personas autistas. El autismo violenta a quienes no lo entienden, y sobre todo, a quienes no están dispuestos a entenderlo.

Aitana Casi Izquierdo. Pamplona.

Estuve allí

Nací en Madrid hace 64 años, soy abogado, y el pasado domingo participé, junto a mi marido, en el boicot a La Vuelta. Sí, yo también volqué algunas vallas. En los últimos días, importantes dirigentes de mi país, mi comunidad y mi ayuntamiento, me han acusado de ser integrante de grupos violentos, de pertenecer a la kale borroka, de perseguir judíos y de perjudicar los intereses de mi país, España, entre otras cosas. Estos insignes dirigentes suelen invocar la Constitución a diario, aunque uno dude de que realmente la hayan siquiera ojeado. Es precisamente la Constitución la que consagra mi derecho a la libertad de expresión, de reunión y de manifestación y también, en su artículo 18, mi derecho al honor. Honor que con estas palabras ha sido vulnerado, al igual que el de miles de españoles. Quizá haya llegado el momento de que empecemos a reclamar la reparación de nuestra dignidad.

Luis Delgado Jiménez. Madrid

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