<p>Su rostro en el <i>photocall </i>en el que todo sucedió lo decía todo. <strong>Cayetana Guillén Cuervo</strong> escuchada la pregunta capciosa de la periodista, que daba por confirmado el regreso de <strong>Amaia Montero</strong> a <strong>La Oreja de Van Gogh</strong>, con una ilusión infantil en la mirada y una sonrisa pícara. <a href=»https://www.elmundo.es/cultura/musica/2025/04/22/68076dcbe85ece611c8b4572.html» target=»_blank»>Por fin podía soltarlo, allá iba</a>: «Yo lo sé desde hace mucho. Lo sé desde hace mucho, pero le prometí… <strong>No lo dije ni en casa, no se lo dije a nadie. Ella me pidió que, por favor, no se lo dijera a nadie y yo no se lo dije a nadie</strong>».</p>
La actriz ha emitido un comunicado después de que la cantante dejara de seguirla en redes sociales: «Me siento muy triste por lo ocurrido»
Su rostro en el photocall en el que todo sucedió lo decía todo. Cayetana Guillén Cuervo escuchada la pregunta capciosa de la periodista, que daba por confirmado el regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, con una ilusión infantil en la mirada y una sonrisa pícara. Por fin podía soltarlo, allá iba: «Yo lo sé desde hace mucho. Lo sé desde hace mucho, pero le prometí… No lo dije ni en casa, no se lo dije a nadie. Ella me pidió que, por favor, no se lo dijera a nadie y yo no se lo dije a nadie«.
Ups, en el mismo momento todo el mundo, todos menos ella, se dio cuenta de que había metido la pata. Había noticia, notición, y eso los periodistas no podían dejarlo escapar. ¿Y qué sintió Cayetana cuando Amaia confirmó que volvía a La Oreja de Van Gogh? «Yo me eché a llorar por teléfono, vamos. Me dijo: ‘Te lo voy a contar, pero, porfa, Caye’. Y lo dije, esto va conmigo a… y cada vez que me preguntáis, yo lo sabía y estoy muy contenta».
Respecto a cómo se encuentra la propia Amaia Montero, Guillén Cuervo se atrevió incluso a hacer un augurio: «Ella está muy bien, está ilusionada, está con mucha cautela, pero está muy ilusionada y muy agradecida al amor que le ha dado todo el mundo y cuando salió con Karol G., aquello fue una cosa maravilloso. España le demostró su amor y lo van a petar, ¿eh?«.
De todos es conocida la profunda amistad que une a Amaia Montero y Cayetana Guillén Cuervo. La cantante es incluso la madrina del único hijo de la actriz. «Me dijo: ‘Por favor, por mi ahijado’. Me dijo: ‘Por favor, por Leo’. Y no se lo conté a nadie», declaraba ante los medios.
La reacción pública de Amaia no se hacía esperar: un sonoro unfollow en redes sociales que dejaba claro que algo se había roto entre las dos amigas. Y ya de noche, llegaba la disculpa: «Ante la repercusión de mis declaraciones sobre un supuesto regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, quiero aclarar lo sucedido y pedir disculpas por la confusión que se ha podido generar. Nada más lejos de mi intención», arrancaba el comunicado que Guillén Cuervo publicó en sus perfiles sociales.
«Desde la emoción, el amor y la admiración profunda que siento por ella, respondí ilusionada, recordando una conversación entre amigas en la que expresó con cariño su deseo de volver a la música, pidiéndome que no trascendiera, porque no sabía ni cuándo ni cómo», explicaba el texto. «Mi respuesta a la prensa fue desde la inocencia, la ilusión y el amor que siento por ella. Lamento profundamente que mis palabras hayan provocado toda esta situación».
Y concluía, muy afectada: «Me siento muy triste por lo ocurrido y pido disculpas de todo corazón».
Si aquella reaparición de Amaia Montero con Karol G., el pasado verano, actuó como una especie de efecto mariposa que terminó con 17 años de relación entre Leire Martínez y La Oreja de Van Gogh, el primer single en solitario de la segunda cantante del grupo fue su revancha. Publicado antes de Semana Santa, Mi nombre es una bofetada con la mano abierta al pasado.
«No hemos conseguido acercar nuestras diferentes maneras de vivir el grupo», rezaba por toda explicación aquel comunicado sorpresa que hizo tambalearse los cimientos de nuestro país el pasado 14 de octubre. Unos días antes, La Oreja de Van Gogh cerraba su gira en Zaragoza con una imagen que no presagiaba nada bueno: su solista en los últimos tres lustros, Leire Martínez, rompía a llorar sobre el escenario.
No dijo nada entonces Leire, más allá de dejar claro que aquel texto breve que, de puro aséptico, muchos atribuían a una inteligencia artificial, no lo había firmado ella. Ella tendría mucho que decir de todo lo que había pasado, pero lo haría a su manera. El momento llegó el pasado 11 de abril.
Siempre pensaste que yo guardaría el secreto/ Pero solo dame tiempo/ Para demostrar que yo / Nunca fui tuya./ Búscate a alguien que me sustituya/ Ya lo hiciste una vez/ pero tú ya no podrás esconder más/ dos caras y un nombre.
«Me siento traicionada por el regreso de Amaia Montero, pero no me sorprende», afirmaba la donostiarra a este periódico en una entrevista, dos días antes. «He llorado mucho y seguiré llorando, pero no me voy a quedar estancada en el dolor», aseguraba, en una confirmación velada de que efectivamente, la habían sustituido.
«Amaia a mí no me ha traicionado, yo con ella no tenía ningún acuerdo de nada, ni a nivel emocional ni profesional. Lo tenía con los otros cuatro. Ni Amaia Montero me debe nada a mí ni yo le debo nada a ella y no me gusta el planteamiento de confrontación entre nosotras que mucha gente está dando. No voy a participar en eso. Sé que lo que mola hoy en día es generar controversia, odio y todo se plantea desde la perspectiva del conmigo o contra mí y no quiero formar parte de eso. Eso no quiere decir que yo no sufra, que yo no padezca, que no me pueda sentir traicionada o que no me duelan determinadas cosas. Claro que me ha dolido lo que me han hecho, pero no invalida todo lo demás», afirmaba, tajante.
Música